MARIANO RODRIGUEZ, ENTRE LITOGRAFÍA Y GUTEMBERG, FRACC. HIGUERILLAS
De izquierda a derecha: Toño, Yo y Nacho en mi exloncheria.
Otros buenos amigos son: Luis (hermano de Nacho, de la misma edad que Toño), Gustavo ("El Gus", "Master Cobain"), no sé en cuál carcel andará en este momento, Gustavo ("Cone") y Mauro, grandes compas que aunque no viven, ni han vivido en la cuadra, se han integrado siempre a nuestro círculo.
Es imposible olvidar las tardes que compartí sobretodo con Toño y con Nacho (entre 1993 y 1996) escuchando por ejemplo a los Héroes del Silencio, RadioHead y Nirvana. También inolvidables resultan los momentos en los que jugábamos futbol, (los domingos a las 10 de la mañana o entre semana a partir de las 4 o 5 de la tarde). La verdad muy rara vez nos ganaban y los encuentros con los de la "Mano" resultaban llenos de adrenalina. Lo que sea de cada quién, éramos muy efectivos para ese deporte.
Como olvidar las noches de sábado en las que nos íbamos al estadio Jalisco a ver jugar a los rojinegros del Atlas con tan solo 5 pesos por persona, los cuales generalmente se distribuían de la siguiente forma: 2 pesos en transporte (1 peso de ida y otro de venida) y 3 pesos del boleto del estadio en la Zona C. Recuerdo bien que un sábado yo andaba sin un centavo en la bolsa y me encontré precisamente 5 pesos tirados en la calle con los cuales pude pagar el precio por ir a ver jugar al Atlas. (Ahora se necesitan 30 pesos para poder asistir al estadio). Íbamos sólo por diversión, puesto que en aquel entonces Toño le iba a las Chivas (o a los Pumas ya ni sé, puesto que cambia constantemente de equipo, ahorita creo que le va al Cruz Azul), Yo le iba al América. El único rojinegro era "Choga". Recuerdo que de regreso los camiones iban demasiado llenos, lo cual era ocasión para realizar diversas bromas una de las cuales consisitía en timbrar en cada esquina provocando la ira del chofer ya que le era imposible identificarnos.
No sólo íbamos a ver a los rojinegros, varias veces fuimos a ver a las Chivas. Uno de los partidos que más recuerdo fue el Chivas-Necaxa en una semifinal (en 1997 creo), en el que las Chivas tenían todo para llegar a la gran final, sin embargo el Necaxa hizo un partido bastante elaborado (y aburrido, como siempre) sacando el marcador necesario para obtener su pase a la final. En el primer y único gol de las Chivas en ese partido, Toño (en la euforia del grito de gol) tomó una trompeta de un primo de "Choga" y la arrojó a la planta baja. Nunca supimos que pasó allá abajo, pero al no haber reporte de heridos, me quedé más tranquilo. Otro buen partido de fut al que asistimos fue un clásico tapatío Chivas-Atlas para el cual hicimos una larga fila días antes a fin de conseguir los boletos, pero nos vimos recompensados al apreciar unos de los pocos goles de media cancha que se han presentado en el futbol mexicano: Camilo Romero, jugador de las chivas prendió el balón desde medio campo, casi cayéndose, para anidar la pelota en el marco custodiado por el entonces rojinegro Oswaldo Sánchez. Fue un deleite. El mejor gol que he presenciado en vivo, le llamaron el "Camilazo".
Las cascaritas en la cuadra eran un regalo de Dios. Nos divertíamos tanto que podíamos pasar tardes enteras iniciando continuamente los partidos para la molestia de nuestros vecinos. Esto nunca nos importó. Quebramos vidrios de casas, yo desbaraté con un balonazo un parabrisas de un carro y desgastamos canceles.
Esos tiempos se han ido. Yo ya no puedo jugar futbol; mi amigo Toño vive felizmente casado con Karina y con una hermosa niña producto de su amor, llamada Thalía y mi amigo Nacho también vive feliz al lado de su esposa Dalia, esperando un bebé. Me he quedado pues, solo en la cuadra con la tranquilidad de que mis brothers, mis ex-vecinos están bien.