2006

Creo que ahora es un buen momento para repasar lo que se hizo a lo largo de este año que hoy termina. En enero sufrí en serio por falta de inspiración que me impidió continuar con las investigaciones que forman parte de mi tesis doctoral y que provocó en en mi un enorme sentimiento de frustración. Afortunadamente, este periodo de improductividad se vió superado al entrar febrero y los resultados que se obtuvieron en este mes y en marzo, fueron suficientes para terminar con los trabajos de mi tesis. Esto permitió además que se propusiera un adecuado plan de trabajo para realizar un estancia doctoral en el CESAME (Centre d´Ingénierie des Systèmes, d’Automatique et de Mécanique Appliquée) de la facultad de ciencias aplicadas de la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica) bajo la tutela del Dr. Denis Dochain. A él agradezco proundamente por todos los trámites que realizó para que yo tuviera acceso ilimitado a journals y libros recientes, apoyo económico y alhojamiento durante la estancia. Le doy las gracias también por sus invaluables comentarios hacia mi desempeño como estudiante de doctorado.

Mi lugar de trabajo, el bureau visiteurs del CESAME

Denis Dochain y un servidor en el CESAME

El CESAME se localiza en la ciudad de Louvain-la-Neuve, una ciudad peatonal que fue fundada recientemente (en 1972) y que cuenta con una población estudiantil en su mayoría. Ahí me reencontré con Gonzalo Robledo (de quien ya hablé en algún post anterior) y conocí a Abdou Dramé. A Gonzalo le agradezco infinitamente por todo lo que me enseñó al estar viviendo en Lovaina, por esas tardes de charlas sobre historia y política que pasamos en su departamento y por aceptar ir al "Sablon" en lugar del "Galilee" a la hora de la comida. Al buen "chercheur qui trouve" que es Abdou, le doy las gracias por todos los comentarios hacia mi trabajo y por la invitación a comer en su casa. Estoy seguro que si ellos no me hubieran acompañado en todo momento, mi permanencia en Lovaina la Nueva hubiera sido mucho menos agradable.

Abdou, Gonzalo y yo en la casa de Abdou.

Una semana antes de realizar la estancia, concretamente del 3 al 7 de abril estuve en Narbonne, Francia en el congreso STIC para presentar ciertos avances de mi tesis. En esos días, mi amigo César Aceves nos hizo el favor de recibirnos a mi, a mi director de tesis y a otro profesor de la Universidad en su casa. A él, así como a la maravillosa gente que conocí: Fred, María, Martine y sus respectivas familias, Consuelo y al Dr. Jean-Philippe Steyer; todo mi agradecimiento por lo bien que me recibieron.

Durante mi exposición en el "Palais des Archeveques", Narbonne, Francia.

Gracias a la cercanía que existe entre Narbonne y Barcelona (2 horas y media en carro), tuve la oportunidad de conocer esta última ciudad y enamorarme de ella. Estuve ahí el 8 de abril y la noche la pasamos en la casa de una genta maravillosa: Silvia y Marc. La verdad es que no había conocido gente tan hospitalaria como ellos. Un abrazo en donde que quiera que se encuentren.

Arriba, de izquierda a derecha: Dr. Alcaraz, Consuelo, Hugo y yo. Abajo: Marc, Silvia

Luego, en septiembre (del 25 al 29) tuve la oportunidad de asistir al congreso IMEBE2 en la ciudad de México, D.F. obteniendo resultados altamente satisfactorios.

En una sesion de pósters en el CINVESTAV, unidad Zacatenco, México, D.F.

Finalmente, pero no por eso menos importante, hubo dos sucesos que cambiaron completamente mi vida. El primero de ellos fue el nacimiento de mi sobrino de nombre Paul Rodrigo el 15 de mayo. Ahora son sus lindos lloriqueos los que me levantan por la mañana y me alegran el día.

Paul Rodrigo

El otro suceso, fue la cena en la que Imelda y yo anunciamos nuestro compromiso. Ese día, después de varias peripecias y de muchos preparativos, afortundamente salió todo bien. Esperemos que este próximo 20 de julio, que es la fecha de nuestra boda, salga también todo bien.

Imelda, Paul y yo (11 de noviembre de 2006)

Y bueno, los sucesos lamentables no podían faltar. El 2 de julio, Manuel Flores, tio de Imelda dejó de existir de un paro cardiaco. Mientras tanto, el 30 de octubre mi tio Ariel también partió. Una oración por ellos que ahora ya no están con nosotros.

Así, llega otro año y con él la tremenda oportunidad de ser mejores personas, de vivir, de amar, de soñar, de reir y de llorar, de trascender en nuestros trabajos. Habrá que aprovechar esas oportunidades.