Siempre he vivido en Guadalajara y en mi corto periodo de existencia, mi ciudad nunca había estado bajo un estado de contingencia ambiental. Y es que nuestro principal pulmón y el de toda la zona metropolitana, el bosque de la primavera, está ardiendo desde ayer. Hoy en la mañana al levantarme, lo primero que percibí fue ese olor a quemado pero impregnado en mis sábanas, en mi habitación. Luego, prendí la televisión y la cámara de una de las televisoras locales que se encuentra ubicada en el Cerro del cuatro mostraba que no se podía mirar más allá de unos cuantos metros. Los medios informaban que además de quemarse el bosque, existía en la ciudad el fenómeno conocido como inversión térmica, por lo que la ciudad estaba en la fase 1 del plan de contingencia ambiental. Los índices de contaminación alcanzaron hasta los 370 puntos imeca en la zona de las águilas (generalmente una de las zonas menos contaminadas de la ciudad).
Además, y como parte de ese plan de contingencia, las escuelas suspendieron labores, incluidas mi propia universidad. Así que las labores cotidianas de estudiantes e investigadores se vieron suspendidas por una situación ambiental.
CATEDRAL EN UN DIA NORMAL
CATEDRAL EL DIA DE HOY 26 DE ABRIL 2005
En los pocos minutos que estuve fuera de mi casa, logré ver una Guadalajara muy rara, digamos postapocalíptica, o como si fuera zona de guerra. No se podía ver más allá de una cuadra, la gente traía cubrebocas, tosia constantemente y tenía los ojos llorosos. Todos sentimos esa gran cantidad de contaminación. Personalmente, no sólo me sentí un poco intoxicado, sino severamente enfurecido porque quizá por la estupidez de una persona, la belleza del bosque de la primavera estaba quedando reducida a cenizas. Siento que las autoridades estatales y federales deberían de actuar con mayor determinación en este tipo de problemas e inclusive prohibir el uso de fogatas en los bosques puesto que se ha demostrado nuestra irresponsabilidad para con ésta práctica si es que el incendio se originó por esta causa.
Por primera vez en la historia, nuestra "perla tapatía" o "ciudad de las rosas" se vio terriblemente opacada por una gran nube de contaminantes y obligada a suspender muchas de las actividades cotidianas que en ella se realizan. ¡Qué lástima!
EL INCENDIO EN EL BOSQUE DE LA PRIMAVERA
TUVIMOS QUE SALIR CON PAÑUELOS HÚMEDOS
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